En nuestra convicción de proyectar y construir viviendas sanas para el
usuario, nos gustaría compartir en +2blog nuestras experiencias de bioconstrucción. Para no hacer muy denso el
artículo, hoy desarrollaremos una breve introducción y nos centraremos en un
factor en concreto: la contaminación
electromagnética.
Antes de continuar, esbozaremos brevemente los factores que pueden afectar
a la salud en las viviendas de hoy en día. Estos pueden ser de origen natural o
artificial. Dentro de los factores de
origen natural destacar el clima, vegetación, orientación, calidad del
agua, geobiología del lugar, radiactividad natural, etc. Y entre los factores de origen artificial destacamos
los campos electromagnéticos (CEM) de líneas de alta tensión, subestaciones
transformadoras, estaciones base de telefonía, estaciones de otras
telecomunicaciones, humos de industrias o tráfico, vida social (vecindario),
etc.
Aparte de los factores naturales, que ya desarrollaremos más adelante, hoy
en día existen algunos factores artificiales que han crecido enormemente, como
es la contaminación electromagnética
y la que hoy abordaremos con el ejemplo de una vivienda que estamos reformando.
La contaminación eléctrica y electromagnética de 50 Hz puede ser producida por líneas de alta tensión,
antenas de telefonía móvil, redes de distribución, transformadores, la propia
instalación eléctrica de la vivienda, sus electrodomésticos e incluso los
vecinos! Sí, ya que para los campos de inducción magnética las paredes son totalmente transparentes.
Así, algunas veces ocurre que es la instalación del vecino, algún
electrodoméstico o el televisor, que está justo al otro lado de la pared de
separación de viviendas, la que está generando campos intensos.
Centrándonos en la vivienda que estamos reformando actualmente, los
propietarios son muy sensibles a la biohabitabilidad. Convencidos por tener una
vivienda sana nos pidieron que tanto el proyecto como la ejecución del mismo se
desarrollaran bajo las técnicas de la bioarquitectura y la bioconstrucción, así
que abordamos el proyecto con +2eco
Previamente al desarrollo del proyecto y la construcción hicimos un estudio
y medición de los factores que podían afectar a la salud en la vivienda a
reformar, centrándonos en la posible contaminación electromagnética. El
resultado de la medición llevada a cabo nos
marcó varias zonas de la casa con
valores que superaban los límites recomendados.
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medición inicial dirigida a antena de telefonía móvil |
Las zonas se localizaban de la siguiente manera: Unas próximas a las medianeras con las salas de estar de los
vecinos, por influencia de sus televisiones. Otra próxima a la terraza, por la influencia exterior de una antena de
telefonía móvil. Y por último otra en el forjado, por la proximidad de las instalaciones eléctricas del vecino de abajo.
¿Qué solución técnica hemos ejecutado? Apantallar los muros y puntos del forjado focos de
dichas radiaciones. Sí, los campos eléctricos son relativamente fáciles de
apantallar, siempre que dispongamos de una buena toma de tierra.
¿Cómo lo hemos hecho? Una vez demolido el interior de la vivienda, hemos
preparado los muros a apantallar para que tengan un soporte continuo. Luego
hemos aplicado una pintura de blindaje, que es un recubrimiento electro
conductor, normalmente de grafito, que evita la entrada de radiaciones del
exterior (alta frecuencia), así como campos eléctricos del interior (baja
frecuencia).
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pintura de blindaje |
Después, hemos colocado tomas a tierra para derivar los campos
magnéticos a tierra.
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toma a tierra |
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detalle toma a tierra |
Y así ha quedado, listo para trasdosar!
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muros y paso de instalaciones eléctricas en forjado apantalladas |
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muros y paso de instalaciones eléctricas en forjado apantalladas |
Después hemos hecho nuevas mediciones en las zonas afectadas y esta vez el
resultado ha sido CERO!
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medición después del apantallamiento |
Por último, os dejamos un listado de los síntomas asociados a los campos electromagnéticos de 50 Hz, según la
Organización Mundial de la Salud
Trastornos nerviosos, agotamiento, irritabilidad, insomnio, depresiones,
cambios de la temperatura corporal, alteraciones en los electrolitos de la
sangre, dolores musculares, alteraciones de la visión (rojo-verde), falta de
apetito, estrés, disminución del número de plaquetas en la sangre,
conjuntivitis, párpados hinchados, caída de pelo, síndrome de fatiga crónica,
disminución de la producción de melatonina por la glándula pineal.